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El Estado palestino y la política exterior panameña

El pasado 29 de noviembre fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución 67/19 por una avasalladora mayoría de 138 votos a favor, 41 abstenciones y 9 votos en contra. Dicha resolución otorga el estatus de Estado observador no miembro a Palestina dentro de la organización mundial. Es inevitable lamentar que Panamá fue uno de los pocos países que votaron en contra de dicha resolución.

Reconociendo que es potestad del Presidente de la República, junto con el Ministro de Relaciones Exteriores, dirigir las relaciones exteriores de nuestro país, me parece inaceptable que la posición panameña, según comunicado oficial del 29 de noviembre de 2012, se encuentre fundada en ‘un minucioso análisis político y legal de proyecto de resolución’ y que nuestro voto constituya un voto por la paz.

La temática de la resolución es el estatus de Palestina en la Organización de Naciones Unidas y de ninguna forma se toca el tema de la situación en la franja de Gaza o el conflicto de Israel con Hamas, dado a que estos últimos son competencia del Consejo de Seguridad al ser su principal función el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. La cuestión que resuelve la resolución es si Palestina puede ser considerado un Estado, lo cual estimo que los asesores del Ejecutivo Nacional en materia de política exterior fallaron en deducir.

El artículo 4 de la Constitución Nacional reconoce que Panamá acata las normas de Derecho Internacional. Una de las fuentes principales del Derecho Internacional son los Tratados y las Convenciones Internacionales. En 1933, Panamá firmó y ratificó la Convención de Montevideo sobre los Derechos y Deberes de los Estados. El artículo 1 de dicha Convención establece los elementos constitutivos de un Estado son: población permanente, territorio determinado, gobierno y capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados. Publicistas como Louis Henkin, Ian Brownlie y Sean D. Murphy, destacan, desde hace algunos años, el hecho de que Palestina cumple con dichos requisitos, pero que por diversas razones no se le reconoce como tal.

En relación al carácter de Reconocimiento de Estado existen 2 teorías. La teoría declarativa, que establece que se deben cumplir con los elementos constitutivos y que el reconocimiento por parte de otros Estados no es mas que una declaración de una condición preexistente; y la teoría constitutiva, la cual establece que un Estado para ser considerado como tal debe ser reconocido por la comunidad internacional.

En la actualidad la teoría predominante en el Derecho Internacional es la declarativa. Panamá es parte del grupo de países que adoptan dicha teoría, ya que tanto la Carta de la OEA, en su artículo 13, como la Convención de Montevideo, en su artículo 3, (instrumentos de los cuales somos Estado parte) establecen que ‘la existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados’, lo que constituye una reafirmación de la teoría declarativa.

De igual forma, si se quisiese utilizar la teoría declarativa, entonces bastaría con una declaración unilateral de reconocimiento por parte de los 138 países que votaron a favor de Palestina en la Resolución para que fueran considerados como un Estado, como en efecto, ya lo han hecho 120 Estados.

Como sustento a la postura panameña puede surgir la tesis de que el Gobierno Palestino no es efectivo, ya que Cisjordania en la actualidad constituye un territorio ocupado por Israel y que el grupo terrorista Hamas se encuentra en control de la Franja de Gaza. Dicha explicación puede ser refutada con la vasta práctica que existe en materia de reconocimiento de Estados. Un ejemplo claro en este aspecto fue la situación del Congo en 1960, en donde Bélgica les otorgo independencia. A pesar de que el gobierno del Congo se encontraba inmerso en una guerra civil y no controlaba grandes porciones de su territorio, el mismo fue rápidamente reconocido como Estado.

La posición panameña en este asunto denota el abandono de un ejercicio de relaciones internacionales idealista, como el que promulgaba el Ex Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, uno fundado en la moral y en la razón.

Desde hace 65 años el mundo está en deuda con Palestina, ya que la resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas decretaba la creación de un estado árabe y uno judío en el antiguo mandato británico de Palestina.

Concuerdo que el mejor mecanismo para alcanzar la paz es la negociación. Pero una negociación debe llevarse a cabo en igualdad de condiciones. La Carta de Naciones Unidas mediante el principio de igualdad soberana de sus miembros prevé dicho criterio. Es por ello que el verdadero voto y camino hacia la paz en esta parte del Medio Oriente se encuentra en la admisión de Palestina como Estado miembro de la organización mundial.