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La OTAN, setenta años después

La Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) fue fundada el 4 de abril de 1949 con la firma del Tratado de Washington. Su septuagésimo aniversario es la ocasión propicia para analizar su rol en la historia reciente, los retos que afronta esta organización intergubernamental y su relación con el orden mundial actual.

La OTAN es una alianza político-militar de los países del Atlántico Norte (Norteamérica y Europa) cuyo propósito principal, al momento de su creación y ante el advenimiento de la Guerra fría, era contener el expansionismo soviético mediante la creación de un sistema de defensa colectiva. El artículo 5 de su pacto constitutivo establece que “las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas”, activándose el derecho a la legítima defensa individual o colectiva de conformidad con lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas.

Durante sus primeros cuarenta años, la OTAN estuvo concentrada en contener y prevenir la expansión del Pacto de Varsovia, estableciéndose la denominada cortina de hierro. Luego del colapso de la Unión Soviética y la disolución del Pacto de Varsovia en 1991, la alianza entró en una etapa de transición y se centró en tres áreas fundamentales: disuasión y defensa colectiva, gestión de crisis, y seguridad cooperativa.

Paralelamente, la OTAN entraría en un proceso de expansión hacia Europa Central y del Este, la cual fue anunciada por el Presidente Clinton en 1994. Igualmente, para 1994 la organización vería su primera participación en un conflicto armado, cuando intervino en Bosnia y Herzegovina para implementar una zona de exclusión aérea impuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU. En 1999, la OTAN participaría en una campaña de bombardeos aéreos en Kosovo, en ese entonces parte de la República Federal de Yugoslavia. Dichas operaciones militares se realizaron sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, con el propósito de detener las campañas de limpieza étnica del régimen de Slobodan Milosevic, lo que Michael Glennon analizaría en su célebre obra “Los límites de la ley, las prerrogativas del poder: el intervencionismo después de Kosovo”.

El artículo 5 del tratado de Washington sería invocado por primera vez, por los Estados Unidos de América, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para la invasión de Afganistán. Es necesario recordar también, que la Guerra en Irak (2003) no contó con la participación de la OTAN, pues la organización con sede en Bruselas toma sus decisiones en base al consenso, es decir que sus decisiones deben reflejar la voluntad colectiva y unánime de sus miembros. La última incursión militar de la OTAN fue en Libia (2011). Sus operaciones se sustentaban en el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, bajo la rúbrica de la “responsabilidad de proteger”, que ordenaba la implementación de una zona de exclusión aérea para la protección de civiles en el contexto de la guerra civil libia. Lamentablemente, la OTAN excedió el mandato del Consejo y apoyó militarmente a las fuerzas que ulteriormente derrocarían a Gadafi.

La expansión de la alianza ha traído consigo un resurgimiento de tensiones con Rusia, pues al tratar de incorporar a Estados de Europa del Este como Georgia, Bosnia y Herzegovina y Ucrania, la OTAN se ha insertado en una zona de influencia casi exclusivamente rusa. Igualmente, los argumentos de la OTAN para sustentar sus aventuras militares en Kosovo y Libia han sido utilizados por Rusia en sus campañas expansionistas (Osetia del Sur, Abjasia y Crimea) y para bloquear acciones en el Consejo de Seguridad (Siria, Yemen y Venezuela). El Embajador Singh Puri de la India analiza esta temática en su libro “Intervenciones peligrosas: el Consejo de Seguridad y las políticas del caos”.

La OTAN también enfrenta desafíos importantes en cuanto a financiamiento y presupuesto, con los Estados Unidos solicitando a los otros miembros que gasten el 2% de su producto interno bruto en defensa, cifra que solo 7 de sus 29 miembros han cumplido. En cuanto a Latinoamérica, en 2018 Colombia ingresó a la OTAN como “socio global” convirtiéndose en el primer Estado latinoamericano en lograr este estatus, mientras que el Presidente Trump recientemente expresó que buscaría algún estatus para Brasil en la alianza.

A sus setenta años la OTAN continúa siendo un pilar importante en la cooperación militar entre Estados Unidos y Europa, y ha demostrado una capacidad única para adaptarse a los cambios y paradigmas de las relaciones internacionales. Su relevancia en el ámbito internacional es incuestionable, por lo que su seguimiento y estudio en Panamá se hace necesario.